Discapacidad Auditiva
Es un déficit total o
parcial en la percepción auditiva. Si se pierde esta capacidad de forma parcial
se denomina hipoacusia y si se pierde por completo se
llama cofosis. Además puede ser unilateral o bilateral.
Las personas que sufren
esta discapacidad tendrán problemas para oir y se verá afectada su la capacidad
de comunicación.
Se detecta a través de
una prueba de audiometría para percibir los problemas
de intensidad y frecuencia con la que se detectan los sonidos.
La discapacidad
auditiva puede ser un rasgo hereditario se puede sufrir a consecuencia de
un traumatismo, una enfermedad, una larga exposición al
ruido y la ingesta de medicamentos demasiados agresivos para el
nervio auditivo.
Dependiendo del momento
en el cual se produzca la discapacidad, y en función de la adecuación del
proceso educativo y/o rehabilitador, se encontrarán personas que
realicen lectura labio facial y que se comuniquen oralmente u otras
que se comuniquen a través del lenguaje de signos (UCV).
Prótesis Auditivas
Son también conocidas
como audífonos variarán en función de
cada persona en particular, con el fin de adaptarse mejor a ellos y lograr el
máximo beneficio a la hora de llevar a cabo una rehabilitación auditiva específica.
Características de las prótesis auditivas
Los audífonos han experimentado una enorme evolución a
lo largo del tiempo, ya que se ha pasado de los primeros audífonos analógicos
al audífono digital, pasando por el audífono analógico programable por
programador digital.
Todo audífono tiene unas características
eléctricas y acústicas determinadas (ganancia de audición, consumo y duración
de la pila, dispositivo de entrada del audio…), así como una serie de ajustes
de cara a lograr el mayor resultado óptimo posible.
El audífono digital, el más actual y
moderno, funciona de la siguiente manera: capta la señal acústica por medio del
micrófono y la convierte en una señal eléctrica. Después, las diferentes
frecuencias se van filtrando (dejando pasar las frecuencias del habla) y la
convierte en una señal digital.
Esta señal digital se procesa en la
unidad central del audífono y es en el auricular o en el vibrador donde se
convierte finalmente esta señal en sonido o en vibración respectivamente.
También se deben tener en cuenta una
serie de factores que nos orientarán a la hora de decidirnos por un tipo u otro
de adaptación protésica. Estos parámetros son:
·
Edad: una pérdida auditiva en la infancia es crítica y es necesaria su
rehabilitación lo más rápido posible. No debemos olvidar que en las etapas
tempranas es cuando se adquiere el lenguaje, siendo importantísimo proporcionar
al pequeño con deficiencia auditiva una correcta amplificación de los sonidos
que recibe del entorno (en especial los sonidos del habla).
·
Tipo de pérdida auditiva: las actuales pruebas para diagnosticar deficiencias
auditivas permiten adaptar prótesis durante los primeros seis meses de
vida. De este modo podremos averiguar si la pérdida afecta a uno o a los dos
oídos, así como qué parte del oído se ve afectada.
·
Grado de pérdida
auditiva: este parámetro también determinará cuándo se deberá
realizar una adaptación protésica.
Tipos de audífonos
Existen gran variedad de audífonos, y es
necesario valorarlos todos para encontrar aquel que puede dar el mayor
beneficio a nuestro hijo con algún tipo de deficiencia auditiva, y así lograr
aprovecharlo lo más posible.
Entre las prótesis auditivas más
destacadas nos encontramos:
·
Audífonos
retroauriculares: son los más conocidos y tradicionales.
Se colocan detrás de la oreja y se adaptan para conseguir evitar el
acoplamiento acústico (es decir, evitar que el sonido sea captado por el
micrófono para ser amplificado de nuevo). Este tipo de audífono es el más
indicado para las pérdidas severas y profundas. Tal vez, el mayor inconveniente
que tiene es su aspecto estético, que puede ser rechazado en algunos casos, en
especial en niños pequeños. Para los niños se realizan algunas adaptaciones,
como por ejemplo realizar moldes blandos de silicona, con el fin de eliminar
las lesiones por golpes, mejorar la adaptación y ayudar a evitar mejor el
acoplamiento acústico.
·
Audífonos intraauriculares: son los audífonos cuyo tamaño y fabricación suele ser personalizada, ya
que van dentro del oído externo. El inconveniente es que no cuenta con las
características de potencia y amplificación necesarias para cubrir pérdidas
graves. También podemos encontrarnos los audífonos que van dentro del conducto
auditivo, siendo mucho más estéticos y con un mayor rendimiento, aunque tampoco
son aconsejables para pérdidas graves.
·
Gafas auditivas: se usan cuando es necesario coordinar bien la corrección visual con la
acústica. Además, actualmente se adaptan los audífonos en formato de gafa
auditiva también cuando existe un problema de audición muy considerable entre
ambos oídos. Otro tipo de adaptación es el audífono por vía ósea, la cual se
emplea para casos en los que no se puede poner un molde adaptador.
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